La seguridad contra incendios es una responsabilidad que no termina con la instalación de sistemas de protección. Para garantizar su eficacia, es crucial llevar a cabo un mantenimiento periódico según las exigencias legales. El Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI), aprobado por el Real Decreto 513/2017, establece las directrices específicas para el diseño, instalación, inspección y mantenimiento de estos sistemas. Este artículo explora los aspectos clave de estas obligaciones, resaltando su importancia tanto desde el punto de vista legal como práctico.
Las revisiones obligatorias según el RIPCI
El RIPCI fija estándares claros sobre la periodicidad y el alcance del mantenimiento de los sistemas de protección contra incendios. Por ejemplo, los extintores de incendio requieren verificaciones trimestrales que comprenden inspecciones visuales para asegurar su operatividad, mientras que las revisiones anuales incluyen comprobaciones técnicas más detalladas.
Del mismo modo, sistemas como hidrantes, bocas de incendio equipadas (BIE) y sistemas de detección y alarma deben someterse a controles regulares para garantizar que cumplen con las normativas. Estos procedimientos son llevados a cabo por empresas mantenedoras habilitadas que emiten certificados técnicos tras cada intervención, asegurando así la trazabilidad y conformidad de las operaciones realizadas.
Además, el RIPCI requiere inspecciones periódicas cada 10 años a cargo de organismos de control acreditados. Esta obligación se aplica incluso a instalaciones antiguas, que deben someterse a una primera inspección en plazos ajustados según su antigüedad. Tales medidas no solo garantizan el cumplimiento normativo, sino que minimizan riesgos al confirmar que los sistemas están listos para actuar cuando sea necesario.
Consecuencias de no cumplir con el mantenimiento
No realizar el mantenimiento estipulado por la normativa tiene implicaciones severas. Desde un punto de vista funcional, un sistema descuidado puede fallar en momentos críticos, exponiendo a las personas y los bienes a daños mayores. Por ejemplo, un extintor descargado o un hidrante obstruido pierde toda su capacidad de respuesta ante un incendio.
En términos legales, el incumplimiento del RIPCI se clasifica como infracción leve, grave o muy grave, según la Ley de Industria. Las sanciones pueden incluir multas significativas, la suspensión de la actividad de la empresa o incluso el cierre del establecimiento. Además, las aseguradoras pueden rehusar cubrir daños en caso de siniestro si se demuestra que el mantenimiento de los sistemas no estaba al día.
Más allá de lo legal, el impacto reputacional es también considerable. La percepción de negligencia puede afectar negativamente la confianza de los empleados, clientes y socios comerciales.
Garantizando el cumplimiento y la seguridad
Para cumplir con el RIPCI, es esencial trabajar con empresas mantenedoras acreditadas que cumplan con los requisitos técnicos y administrativos exigidos. Estas empresas no solo realizan las revisiones necesarias, sino que también gestionan toda la documentación requerida, desde los informes técnicos hasta los certificados de mantenimiento.
El plan de mantenimiento debe incluir operaciones trimestrales, anuales e incluso quinquenales, dependiendo del tipo de sistema. Por ejemplo, los hidrantes deben inspeccionarse visualmente y someterse a pruebas de estanqueidad, mientras que los sistemas de detección requieren verificaciones del software y limpieza de acumuladores.
El uso de tecnología para programar revisiones y mantener registros también es una herramienta valiosa. Sistemas digitales pueden facilitar la planificación y asegurar que ningún mantenimiento sea pasado por alto.
Que se puede hacer al respecto?
El mantenimiento de sistemas de protección contra incendios no es solo un requisito legal, sino una inversión en seguridad y tranquilidad. Cumplir con las revisiones periódicas establecidas por el RIPCI es una forma de garantizar que los sistemas estarán a la altura cuando se necesiten. Si deseas asegurar que tus instalaciones cumplen con la normativa y están preparadas para cualquier eventualidad, confía en profesionales cualificados. Contáctanos hoy mismo para planificar un mantenimiento integral y proteger lo que más importa.